Tributo a mi Padre


Tributo a mi Padre

Padre, en tu despedida queremos que sepas que estamos orgulloso de ti, de haber tenido como padre un hombre bueno, por eso rogamos al Señor Jesús, que mire con misericordia tus obras y te permita reunirte con los tuyos y alcanzar el descanso eterno, JOSE OLEGARIO PACHECO ALVAREZ has concluido tu jornada en la tierra y te vas en la paz de Dios.

Nuestro padre vivirá en nosotros no sólo como un recuerdo, sino que rescatando aquellas cosas valiosas que él nos ha dejado como ejemplo, su mayor herencia será su posición para mirar la vida, esa pasión de alegría la cual no daba paso para que entrara la desesperanza, el desánimo, la tristeza, miraba la vida como algo lindo que valía la pena vivirla, fue así como nos dejó el pasado lunes 11 de agosto, con el último suspiro de un adiós hacia la otra vida.

En estos momentos difíciles, a dos meses de la partida de nuestra madre, agradecemos a todos quienes nos han acompañado durante su velatorio y funerales; a nuestros compañeros de trabajo y vecinos. Especialmente a la comunidad de la capilla de San Alberto de calle Crucero, no sólo por que nos han permitido velarlo en la capilla del templo, sino porque durante su enfermedad lo asistieron con la comunión todos los domingos.

Agradecer a los familiares que viajaron de Chiloé, su Hermana, sus primos y sobrinos. Aprovechamos este momento para agradecer en nombre de nuestros padres, el apoyo incondicional que siempre hemos tenido de la tía Miguelina, como de cariño le decimos, sin duda ella ha sido un pilar fundamental en nuestras vidas.

¿Quien era nuestro padre?

En palabras simples, era un hombre especial, transparente sin doble fondo, nunca supo de andar por la vida guardando rencores, muy sencillo, pero valiente a la hora de defender lo que consideraba justo.

Es así como durante su vida participó en varias organizaciones en su querida Isla; presidente del centro de padre y del comité de pequeños agricultores; juez de distrito, le correspondió trabajar en la construcción de la escuela, caminos y coordinar la ayuda del terremoto del año 60.

Su pasión era la música, tocaba acordeón, no sólo animaba las fiestas de la Isla, sino que también acompañaba a la imagen para participar de la fiesta religiosa de Jesús Nazareno de Cahuach.

Lucho siempre para darle lo mejor a sus hijos, sabía que la educación era algo importante, por eso no dudo cuando enfrentó el desafío de trasladarse de la Isla Tac a Puerto Montt el año 1973, sabía que él no importaba tanto como darle a sus hijos la oportunidad de superarse, toda su vida había trabajado en el campo y enfrentar la vida de la ciudad sin duda era una contienda desigual.

Nunca se avergonzó de ser lo que era, un obrero, un hombre de campo, tampoco se avergonzó de trabajar en toda ocupación honrada que le permitiera mantener a su familia, mientras nuestra madre hilaba y tejía, él trabajaba como obrero en la construcción. Fue así como él nos contaba que su primer empleo en la construcción fue de ayudante de jornal, sin saber en ese momento que ese puesto ni siquiera existía y el jefe de la obra se lo había dado por sus ganas de trabajar.

Papá, no existe regalo que nosotros hubiésemos querido entregarte que recompensara todo lo que hiciste por nosotros, tampoco existen las palabras apropiadas para expresar nuestros sentimientos, lo que si sabemos es que has dejado en tu familia raíces indisolubles que no se borrarán jamás, será tributo de tus hijos, nietos, bisnietos, mantener vivo tu legado.



Gracias PAPÁ

Familia Pacheco Sánchez
http://islatac.blogspot.com/

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