Madre nuestra
En nombre de la familia, quiero agradecer a todos quienes tuvieron la voluntad de acompañarnos, a todos sin distinción, gracias por estar aquí.
Agradecer también a los trabajadores del hospital Base de Puerto Montt que la atendieron sus últimos treinta días de vida, sabemos que hicieron todo el esfuerzo por mantenerla con vida, pero la voluntad de Dios quiso otra cosa.
Si fuera poeta, hubiese comenzado estas palabras “cae una hoja, se apaga una luz, llega la noche, se cierra un libro, se apaga una vida, se termina de escribir una historia, comienza un viaje a la eternidad, Mamá que en este viaje que emprendiste el jueves pasado alas 18 horas, lleves el amor de tu esposo, tus hijos, nietos, bisnietos, hermanas, hermanos, cuñadas, cuñados, parientes y amigos.
A todos nos pasa más más de una vez en la vida, que no decimos aquellos sentimientos más profundos que albergamos en nuestro corazón, para quienes tienen sus madres vivas, no desaprovechen nunca la ocasión de decirle y demostrarle su amor, es quizás esta la flor que no se marchita jamás.
Madre, son muchos los pensamientos que pasan por nuestras mentes que quisiéramos decir en estas líneas, decir por ejemplo:
Gracias por el sacrificio de criar nueve hijos en el campo con condiciones muy difíciles, gracias por que nunca desfalleciste, porque nunca nos abandonas, porque siempre nos distes lo mejor que estaba a tu alcance, por enseñarnos aquellas cosas que aprendiste en la vida y que hoy forman parte de los genes de tu descendencia.
Gracias Señor por regalarnos una madre como ella, no hubiéramos querido tener una madre mejor que ella, por eso te pedimos Señor que la recibas en tu Reino, le abras la puerta y le digas María Del Socorro Sánchez Cárcamo, has cumplido con tu misión en la tierra, toma la llave de la luz eterna, has marcado el camino para todos quienes te conocieron y amaron.
También Madre Nuestra, te queremos pedir perdón por las veces que te fallamos, por los dolores que a veces te causamos, tu sabes que no existen hijos perfectos, pero cada uno de nosotros se compromete a que lucharemos siempre por ser buenas personas, para que tu donde estés, siempre tengas una sonrisa, una alegría.
En este viaje celestial sabemos que te reunirás con Dos de tus hijos muy amado, que partieron antes que ti, me refiero a nuestro hermano Tulio Orlando y Alvaro Fernando, también te reunirás con tus padres Miguel y Josefina, tus hermanos Emelinda y Lucho.
Mamá, hasta siempre, que vivas siempre en nuestro recuerdo.
Agradecer también a los trabajadores del hospital Base de Puerto Montt que la atendieron sus últimos treinta días de vida, sabemos que hicieron todo el esfuerzo por mantenerla con vida, pero la voluntad de Dios quiso otra cosa.
Si fuera poeta, hubiese comenzado estas palabras “cae una hoja, se apaga una luz, llega la noche, se cierra un libro, se apaga una vida, se termina de escribir una historia, comienza un viaje a la eternidad, Mamá que en este viaje que emprendiste el jueves pasado alas 18 horas, lleves el amor de tu esposo, tus hijos, nietos, bisnietos, hermanas, hermanos, cuñadas, cuñados, parientes y amigos.
A todos nos pasa más más de una vez en la vida, que no decimos aquellos sentimientos más profundos que albergamos en nuestro corazón, para quienes tienen sus madres vivas, no desaprovechen nunca la ocasión de decirle y demostrarle su amor, es quizás esta la flor que no se marchita jamás.
Madre, son muchos los pensamientos que pasan por nuestras mentes que quisiéramos decir en estas líneas, decir por ejemplo:
Gracias por el sacrificio de criar nueve hijos en el campo con condiciones muy difíciles, gracias por que nunca desfalleciste, porque nunca nos abandonas, porque siempre nos distes lo mejor que estaba a tu alcance, por enseñarnos aquellas cosas que aprendiste en la vida y que hoy forman parte de los genes de tu descendencia.
Gracias Señor por regalarnos una madre como ella, no hubiéramos querido tener una madre mejor que ella, por eso te pedimos Señor que la recibas en tu Reino, le abras la puerta y le digas María Del Socorro Sánchez Cárcamo, has cumplido con tu misión en la tierra, toma la llave de la luz eterna, has marcado el camino para todos quienes te conocieron y amaron.
También Madre Nuestra, te queremos pedir perdón por las veces que te fallamos, por los dolores que a veces te causamos, tu sabes que no existen hijos perfectos, pero cada uno de nosotros se compromete a que lucharemos siempre por ser buenas personas, para que tu donde estés, siempre tengas una sonrisa, una alegría.
En este viaje celestial sabemos que te reunirás con Dos de tus hijos muy amado, que partieron antes que ti, me refiero a nuestro hermano Tulio Orlando y Alvaro Fernando, también te reunirás con tus padres Miguel y Josefina, tus hermanos Emelinda y Lucho.
Mamá, hasta siempre, que vivas siempre en nuestro recuerdo.
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